Las dachas (casas de campo construidas con madera) son en gran medida desconocidas fuera de los estados postsoviéticos. El fotógrafo Fyodor Savintsev ha documentado estas importantes formas arquitectónicas, creando un registro único de un mundo que desaparece. Una «dacha» es una casa de campo, hecha de madera, que los ciudadanos soviéticos usaban para escapar de los rigores de la ciudad y disfrutar del idilio rural. Esta importante forma cultural y arquitectónica, muy extendida en los países de la ex URSS, ha sido ignorada en gran medida en el ámbito académico. En Dacha, Fyodor Savintsev documenta este fenómeno particularmente ruso; sus fotografías constituyen un registro único de un mundo de madera de cuento de hadas que desaparece rápidamente.

La palabra «dacha» se ha utilizado para describir construcciones que van desde grandes villas imperiales hasta pequeños cobertizos. Originalmente otorgada por el zar para recompensar a los cortesanos, esta costumbre continuó después de la revolución, con cooperativas soviéticas construyendo dachas para sus miembros. Supuestamente destinadas al beneficio de los trabajadores, en realidad estaban destinadas a los favorecidos por el Estado, incluidos escritores, arquitectos y artistas famosos, desde Pasternak hasta Prokofiev. La caída de la Unión Soviética aceleró su uso, ya que la incertidumbre económica obligó a los habitantes de las ciudades a buscar la autosuficiencia. La tradición de la dacha ha sobrevivido a la revolución, la guerra y el colapso del comunismo, convirtiéndose en una parte integral de la vida en el proceso.

Utilizando fotografías contemporáneas para mostrar por primera vez estos edificios únicos e individuales, junto con una introducción que explica su contexto histórico y cultural, Dacha es la única publicación de este tipo.

240 páginas

25 x 16.7 cm